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jueves, 23 de abril de 2015

Maison de Famille Roma Norte Por: Dani nuestra Comensal Misteriosa, editado por ComensalEnDF:   Puedes ganar una cena en nuestra trivia semanal aquí las bases   Continuamos con la degustación de restaurantes franceses para la reseña de esta semana, hoy toca el turno de platicarles de la experiencia que Jorge y yo tuvimos durante nuestras respectivas visitas a Maison de Famille. Transitando por la calle de Colima en la colonia Roma, supe que había llegado a mi destino cuando me encontré con una terraza de madera, cubierta de plantas y un letrero que decía “Maison de Famille”. Había mucho tráfico y no encontré a la gente encargada del valet parking, por lo que decidí estacionarme en lo que parecía el estacionamiento debajo de la terraza. Momentos después, llegaron a recibir mi coche y fui a buscar mi mesa. Desde que entré al restaurante, me transporté a la campiña en Francia pues el techo de lugar y el piso era de madera, había candiles, pinturas en las paredes, espejos antiguos y flores frescas. Podía escuchar una música tranquila de fondo y el lugar me pareció muy acogedor, como si hubiera llegado a casa. Decidí sentarme en la terraza para seguir disfrutando del buen clima y la decoración que podría considerar hasta cierto punto renacentista. Noté que sobre la mesa había un pequeño menú de las sugerencias del día que incluía platillos como la morcilla al sartén, croquetas de queso manchego y atún marinado al vino blanco. Momentos después, recibí la carta fija donde me encontré con una gran diversidad de platillos como la clásica sopa de cebolla gratinada, caracoles a la bourguignonne, confit de pato con papas salteadas y un bacalao con salsa de chorizo, todos con precios atrayentes. En lo que decidía los platillos que iba a degustar, llegó una canasta con baguette hecha en casa y un pan crocante con un perfume muy agradable de ajo y orégano, acompañados de mantequilla fresca. Sin pensarlo dos veces, pedí la sopa de cebolla gratinada como primer tiempo, la cual llegó calientita y bien servida en el tradicional tazón blanco de cerámica. El caldo estaba lleno de sabor, la cebolla caramelizada se derretía en mi boca y el sabor no era fuerte. El complemento perfecto fue el queso gruyere gratinado que añadía textura y un delicioso sabor salado. Después de una gran sopa, llegó un pollo con aceitunas que me sorprendió por el tamaño de la porción. La pechuga de pollo estaba tierna y se despegaba del hueso, estaba rellena de aceitunas y espinaca y venía acompañada de una salsa acidita con trozos de aceitunas. Pensé que después de la entrada no podría terminarme este platillo, pero debido a lo rico que estaba, me lo terminé todo. Esta vez no probé ningún postre pues el tamaño de las porciones no me lo permitió, aunque todo lo que leí en la carta se oía delicioso. Hablando del servicio, percibí que en algunos momentos la atención se concentraba en las mesas grandes, donde se servían muchos platillos a la vez y se encargaban botellas de vino, por lo que mi experiencia pudo ser mejor en este sentido. Maison de Famille ofrece una diversidad de platillos franceses y mediterráneos preparados con ingredientes locales y de gran calidad. La comida es rica, tiene buena presentación y las porciones son buenas. Lo ideal puede ser pedir varias entradas y compartir mientras disfrutas de una terraza y ambiente francés. La localización funciona como destino atinado para una reunión de negocios o si quieres disfrutar de platillos sofisticados con un toque casero. Platillos: Carta de sugerencias Menú Sopa de cebolla gratinada Pollo con aceitunas Carta de sugerencias Menú Sopa de cebolla gratinada Pollo con aceitunas

Por: Dani nuestra Comensal Misteriosa, editado por ComensalEnDF:

 

Puedes ganar una cena en nuestra trivia semanal aquí las bases

 

Continuamos con la degustación de restaurantes franceses para la reseña de esta semana, hoy toca el turno de platicarles de la experiencia que Jorge y yo tuvimos durante nuestras respectivas visitas a Maison de Famille.

Transitando por la calle de Colima en la colonia Roma, supe que había llegado a mi destino cuando me encontré con una terraza de madera, cubierta de plantas y un letrero que decía “Maison de Famille”. Había mucho tráfico y no encontré a la gente encargada del valet parking, por lo que decidí estacionarme en lo que parecía el estacionamiento debajo de la terraza. Momentos después, llegaron a recibir mi coche y fui a buscar mi mesa.

Desde que entré al restaurante, me transporté a la campiña en Francia pues el techo de lugar y el piso era de madera, había candiles, pinturas en las paredes, espejos antiguos y flores frescas. Podía escuchar una música tranquila de fondo y el lugar me pareció muy acogedor, como si hubiera llegado a casa.

Decidí sentarme en la terraza para seguir disfrutando del buen clima y la decoración que podría considerar hasta cierto punto renacentista. Noté que sobre la mesa había un pequeño menú de las sugerencias del día que incluía platillos como la morcilla al sartén, croquetas de queso manchego y atún marinado al vino blanco.

Momentos después, recibí la carta fija donde me encontré con una gran diversidad de platillos como la clásica sopa de cebolla gratinada, caracoles a la bourguignonne, confit de pato con papas salteadas y un bacalao con salsa de chorizo, todos con precios atrayentes.

En lo que decidía los platillos que iba a degustar, llegó una canasta con baguette hecha en casa y un pan crocante con un perfume muy agradable de ajo y orégano, acompañados de mantequilla fresca.

Sin pensarlo dos veces, pedí la sopa de cebolla gratinada como primer tiempo, la cual llegó calientita y bien servida en el tradicional tazón blanco de cerámica. El caldo estaba lleno de sabor, la cebolla caramelizada se derretía en mi boca y el sabor no era fuerte. El complemento perfecto fue el queso gruyere gratinado que añadía textura y un delicioso sabor salado.

Después de una gran sopa, llegó un pollo con aceitunas que me sorprendió por el tamaño de la porción. La pechuga de pollo estaba tierna y se despegaba del hueso, estaba rellena de aceitunas y espinaca y venía acompañada de una salsa acidita con trozos de aceitunas. Pensé que después de la entrada no podría terminarme este platillo, pero debido a lo rico que estaba, me lo terminé todo.

Esta vez no probé ningún postre pues el tamaño de las porciones no me lo permitió, aunque todo lo que leí en la carta se oía delicioso.

Hablando del servicio, percibí que en algunos momentos la atención se concentraba en las mesas grandes, donde se servían muchos platillos a la vez y se encargaban botellas de vino, por lo que mi experiencia pudo ser mejor en este sentido.

Maison de Famille ofrece una diversidad de platillos franceses y mediterráneos preparados con ingredientes locales y de gran calidad. La comida es rica, tiene buena presentación y las porciones son buenas. Lo ideal puede ser pedir varias entradas y compartir mientras disfrutas de una terraza y ambiente francés. La localización funciona como destino atinado para una reunión de negocios o si quieres disfrutar de platillos sofisticados con un toque casero.

Platillos:

Carta de sugerencias

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Menú

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Sopa de cebolla gratinada

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Pollo con aceitunas

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