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viernes, 24 de abril de 2015

Comida para niños, jugar con los sabores http://ift.tt/1Jl2VLR Cuando era  pequeña y me ofrecían el típico menú de niños a veces no se me antojaba o me dejaba con hambre (mi apetito era voraz desde aquellos tiernos días). Que algunos sólo tuvieran barritas de pescado o nuggets fritos de caja no era tan apetitoso. ¿Por qué comería esos alimentos sin alma si mi mamá me hacía quesadillas, cocteles de camarón o sándwiches en pan negro con diferentes quesos, o si salíamos a lugares en los que había pescados empapelados o sushi? Y sí, claro que me gustaba comer hamburguesas, hot dogs, papas fritas y demás antojos fast food como a cualquier niño pero saber que había un mundo por probar era una increíble posibilidad. Aunque me restringían algunos alimentos muy procesados, como el refresco de cola o las papitas de bolsa, mis padres me dejaban elegir lo que se me antojara cuando íbamos de viaje o salíamos a comer y me daban a probar sabores diferentes todo el tiempo en casa. La palabra “eso no es para niños” no existía en su vocabulario. La chef María Teresa Ramírez Degollado de Artesanos del Dulce es hija de la legendaria cocinera mexicana Carmen “Titita”. Ella cuenta que su madre le enseñó a comer de todo y eso es lo mismo que ella hace con sus dos hijas, que son auténticas gourmets, prueban una gran variedad de comida. Incluso, me contó que sus niñas llevan de lunch a la escuela chapulines, y ante la mirada extraña de los otros que solo llevan sándwiches de jamón, los disfrutan. Otro ejemplo de cocineros y sus hijos es el del chef Azari Cuenca quien subió en su perfil de Facebook un divertido video en el que sus hijas dan sus opiniones sobre los alimentos que acababan de comer. Ambas niñas, muy serias, explicaban que les gustaba la textura y sabor de unos mariscos. Los infantes son muy inteligentes como para limitarlos en aspectos como la alimentación. “Melindroso” es una palabra que se usa en el vocabulario popular para hablar de quien no quiere comer o es muy especial al hacerlo (“que afecta melindres” se lee en la RAE, definición casi incomprensible). Es normal que seamos “melindrosos” con aquello que no nos gusta, pero si nos atrevemos más seguido a probar, nuestro universo gustativo se ampliará. Las texturas, los sabores y las temperaturas nos darán más herramientas para conocer su entorno sin tanto miedo a lo desconocido. “Un niño mexicano está educado en el dulzor, la acidez y el picante, cosa que un niño europeo ni puede soñar. A partir de aquí hay que acostumbrar al público a que en un postre caben todo tipo de matices (open mind). Romper fronteras y atreverse”, dijo el chef Jordi Butrón de Espaisucre MX. Si reflexionamos sobre esto la pregunta es ¿por qué seguirle dando a los niños solo carnes fritas o pasteles dulces en los menús infantiles? Ana Arizmendi, Healt Coach del sitio Fácil de digerir, dijo una frase con la que estoy de acuerdo en el texto Los menús infantiles en los restaurantes: “los niños no necesitan comida ‘especial’ ni ‘para niños’, todo eso es una invención del marketing y no se basa en ninguna recomendación médica ni estudio científico”. Aprovechando que se acerca el Día del Niño le pedí a algunos de mis tuiteros favoritos relacionados con el mundo de la comida que me compartieran algunos de sus recuerdos tragones de la infancia para seguir el diálogo sobre la alimentación en los niños . Me encantaría que me dieras tu opinión, ¿qué te gustaba comer cuándo eras niño?

Cuando era  pequeña y me ofrecían el típico menú de niños a veces no se me antojaba o me dejaba con hambre (mi apetito era voraz desde aquellos tiernos días). Que algunos sólo tuvieran barritas de pescado o nuggets fritos de caja no era tan apetitoso.

¿Por qué comería esos alimentos sin alma si mi mamá me hacía quesadillas, cocteles de camarón o sándwiches en pan negro con diferentes quesos, o si salíamos a lugares en los que había pescados empapelados o sushi? Y sí, claro que me gustaba comer hamburguesas, hot dogs, papas fritas y demás antojos fast food como a cualquier niño pero saber que había un mundo por probar era una increíble posibilidad.

Aunque me restringían algunos alimentos muy procesados, como el refresco de cola o las papitas de bolsa, mis padres me dejaban elegir lo que se me antojara cuando íbamos de viaje o salíamos a comer y me daban a probar sabores diferentes todo el tiempo en casa. La palabra “eso no es para niños” no existía en su vocabulario.

La chef María Teresa Ramírez Degollado de Artesanos del Dulce es hija de la legendaria cocinera mexicana Carmen “Titita”. Ella cuenta que su madre le enseñó a comer de todo y eso es lo mismo que ella hace con sus dos hijas, que son auténticas gourmets, prueban una gran variedad de comida. Incluso, me contó que sus niñas llevan de lunch a la escuela chapulines, y ante la mirada extraña de los otros que solo llevan sándwiches de jamón, los disfrutan.

Otro ejemplo de cocineros y sus hijos es el del chef Azari Cuenca quien subió en su perfil de Facebook un divertido video en el que sus hijas dan sus opiniones sobre los alimentos que acababan de comer. Ambas niñas, muy serias, explicaban que les gustaba la textura y sabor de unos mariscos. Los infantes son muy inteligentes como para limitarlos en aspectos como la alimentación.

“Melindroso” es una palabra que se usa en el vocabulario popular para hablar de quien no quiere comer o es muy especial al hacerlo (“que afecta melindres” se lee en la RAE, definición casi incomprensible). Es normal que seamos “melindrosos” con aquello que no nos gusta, pero si nos atrevemos más seguido a probar, nuestro universo gustativo se ampliará. Las texturas, los sabores y las temperaturas nos darán más herramientas para conocer su entorno sin tanto miedo a lo desconocido.

“Un niño mexicano está educado en el dulzor, la acidez y el picante, cosa que un niño europeo ni puede soñar. A partir de aquí hay que acostumbrar al público a que en un postre caben todo tipo de matices (open mind). Romper fronteras y atreverse”, dijo el chef Jordi Butrón de Espaisucre MX.

Si reflexionamos sobre esto la pregunta es ¿por qué seguirle dando a los niños solo carnes fritas o pasteles dulces en los menús infantiles? Ana Arizmendi, Healt Coach del sitio Fácil de digerir, dijo una frase con la que estoy de acuerdo en el texto Los menús infantiles en los restaurantes: “los niños no necesitan comida ‘especial’ ni ‘para niños’, todo eso es una invención del marketing y no se basa en ninguna recomendación médica ni estudio científico”.

Aprovechando que se acerca el Día del Niño le pedí a algunos de mis tuiteros favoritos relacionados con el mundo de la comida que me compartieran algunos de sus recuerdos tragones de la infancia para seguir el diálogo sobre la alimentación en los niños . Me encantaría que me dieras tu opinión, ¿qué te gustaba comer cuándo eras niño?



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